23.1.05

Se atribuye "El Quijote" de Avellaneda a un dominico o a un soldado.

Algunos filólogos apuntan que la verdadera identidad del autor del Quijote apócrifo de 1614 podría ser Fray Baltasar Navarrete o el soldado aragonés Jerónimo de Pasamonte.
El profesor Blasco mantiene la teoría de que Cervantes y Fray Baltasar Navarrete, el dominico vallisoletano autor de "La Pícara Justina", se conocían debido a que se movían en ámbitos muy similares y recuerda que "La Pícara Justina" recoge parte del debate existente entre los dos autores "ya que en determinados sectores, el Quijote resultó demasiado provocativo, es una bomba". La investigación de Blasco, se hizo pública ayer en el marco del congreso "El Nacimiento del Quijote. A las riberas de Pisuerga bellas", que se celebra en Valladolid. Blasco basó su teoría en una comparación de los lenguajes de "La Pícara Justina" y de "El Quijote de Avellaneda" y destacó que existe una coincidencia de expresiones, giros y modismos. A su juicio, las coincidencias en este punto son "muchas y muy apabullantes", aunque añadió que también existe una concordancia de fechas y de lugares. Según Blasco, El Quijote de Avellaneda se imprimió en Barcelona, en el mismo lugar que lo hizo la edición barcelonesa de "La Pícara Justina". Por otro lado, Alfonso Martín Jiménez, profesor titular de Teoría de la Literatura en la Universidad de Valladolid, explicaba que Cervantes, enojado por atribuirse Pasamonte una actitud heroica en Lepanto protagonizada por el manco genial, lo ridiculizó en el capítulo XXII de la primera parte de El Quijote (1605) al situarlo dentro de una cuerda de presos camino de galeras, por orden del rey, con el nombre de Ginés de Pasamonte y de Ginesillo de Parapilla. Enfadado a su vez el antiguo soldado aragonés, quien también sufrió largo cautiverio por los turcos, éste decidió en 1614 tomarse cumplida venganza con la publicación del referido apócrifo con el título de Segundo tomo del ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, que precedió en un año a la segunda parte del verdadero. "Cervantes sabía perfectamente quién se escondía detrás de Avellaneda, conocía desde 1611 el manuscrito apócrifo y así lo reflejó de manera evidente en la segunda parte de El Quijote hasta por cuatro veces, llamándole 'aragonés' e insinuando su identidad a través de dos personajes: Ginés de Pasamonte y don Jerónimo", replicó Martín, autor de un libro con estos razonamientos.

22.1.05

Lectura compartida del Quijote: Capítulo I.

El primer capítulo del Quijote, el que empieza con esa frase que se sabe todo hispanohablante, es un magnífico ejemplo de síntesis y buena narración. En las pocas páginas que ocupa, Cervantes traza un retrato muy válido del protagonista, su hacienda, y el núcleo del conflicto. Empieza también el juego anagnórico del narrador, puesto que éste empieza a hacernos dudar de cuál era el nombre real de don Quijote -¿Quijada, Quesada, Quejana?. La confusión entre realidad y ficción empieza aun antes de que el protagonista haga su primera salida: para un lector como él, -qué magnífica frase, cuando el autor dice "así, del poco dormir y del mucho leer se le secó el celebro, de manera que vino a perder el juicio."- no hay diferencias entre el Cid o los personajes de los libros de caballerías, es más, don Quijote prefiere estos últimos a los primeros porque sus gestas son mucho más espectaculares.
En estos primeros capítulos que narran la primera salida de don Quijote, aún sin Sancho, parece que Cervantes tenía la idea de escribir una narración corta al estilo de las "Novelas ejemplares", pero que finalmente vio que daba mucho más de sí. De hecho, una de las cosas que más aburre a los lectores de la primera parte del Quijote es la inclusión de dos historias paralelas, dos pequeñas "novelas ejemplares", que son contadas por los protagonistas, pero que no aportan mucho a lo que es el avance de la narración principal.

Las notas a este primer capítulo son extensas y variadas según la edición que estemos leyendo. Ayudan a comprender, por ejemplo, que la armadura que don Quijote recupera para ponerse, es del tiempo de los Reyes Católicos y está totalmente desfasada, por lo que provoca mayor hilaridad ante quien la ve. El hecho también de que el protagonista use el "don", cuando en realidad no tiene categoría para usarlo -ni el propio Cervantes la tenía- es también motivo de burla. Y, como el "desocupado lector" del prólogo, Alonso es también un hombre sin muchas ocupaciones: "los ratos que estaba ocioso (que eran los más del año), se daba a leer libros de caballerías con tanta afición y gusto, que olvidó casi de todo punto el ejercicio de la caza, y aun la administración de su hacienda". Como veremos en el transcurso de la obra, "Don Quijote" no es sólo una burla hacia los libros de caballería que tantas exageraciones e inversimilitudes habían llegadoa a contener, sino la crónica del final de un mundo basado en el feudalismo y el apogeo de la ciudad y una nueva sociedad burguesa.

Nos estamos retrasando en la lectura. Hay que adelantar capítulos, porque ya estamos a 22.

19.1.05

Libros sobre Cervantes y el Quijote para descargar (III)

Azorín es un guía perfecto para caminar por las páginas de El Quijote. En su opinión, Cervantes no es el responsable de la inmortal obra, sino que lo es la humanidad toda; una humanidad cansada, triste, angustiada, que se pone a reflexionar.

La Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) junto con la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes han creado una página muy interesante sobre la relación entre estos dos escritores. En ella, podemos encontrar interesantes documentos.

Se puede visitar la página en http://obrasocial.cam.es/azorincervantes/

Están disponibles para su lectura algunos de los libros de Azorín: "Con Cervantes", "La ruta de don Quijote", "Cervantes o la casa encantada, etc. " La lista completa, aquí.

Para los usuarios de p2p, en emule tenemos este enlace:
-Azorin - Con Cervantes (Novela - Literatura Española) [doc].rar
En formato doc, con 136 páginas.

15.1.05

Capítulo I (fragmento inicial)

En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor. Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lentejas los viernes, y algún palomino de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda. El resto della concluían sayo de velarte, calzas de velludo para las fiestas con sus pantuflos de lo mesmo, y los días de entre semana se honraba con su vellorí de lo más fino. Tenía en su casa un ama que pasaba de los cuarenta, y una sobrina que no llegaba a los veinte, y un mozo de campo y plaza, que así ensillaba el rocín corno tomaba la podadera. Frisaba la edad de nuestro hidalgo con los cincuenta años; era de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro, gran madrugador y amigo de la caza. Quieren decir que tenía el sobrenombre de Quijada o Quesada (que en esto hay alguna diferencia en los autores que deste caso escriben), aunque por conjeturas verosímiles se deja entender que se llamaba Quijana. Pero esto importa poco a nuestro cuento; basta que en la narración dél no se salga un punto de la verdad.
Es, pues, de saber que este sobredicho hidalgo, los ratos que estaba ocioso (que eran los más del año), se daba a leer libros de caballerías con tanta afición y gusto, que olvidó casi de todo punto el ejercicio de la caza, y aun la administración de su hacienda; y llegó a tanto su curiosidad y desatino en esto, que vendió muchas hanegas de tierra de sembradura para comprar libros de caballerías en que leer, y así, llevó a su casa todos cuantos pudo haber dellos; y de todos ningunos le parecían tan bien como los que compuso el famoso Feliciano de Silva, porque la claridad de su prosa y aquellas intricadas razones suyas le parecían de perlas, y más cuando llegaba a leer aquellos requiebros y cartas de desafíos, donde en muchas partes hallaba escrito: La razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura. Y también cuando leía: ...los altos cielos que de vuestra divinidad divinamente con las estrellas os fortifican, y os hacen merecedora del merecimiento miento que merece la vuestra grandeza. Con estas razones perdía el pobre caballero el juicio, y desvelábase por entenderlas y desentrañarles el sentido, que no se lo sacara ni las entendiera el mesmo Aristóteles, si resucitara para sólo ello. No estaba muy bien con las heridas que don Belianís daba y recebía, porque se imaginaba que por grandes maestros que le hubiesen curado, no dejaría de tener el rostro y todo el cuerpo lleno de cicatrices y señales. Pero, con todo, alababa en su autor aquel acabar su libro con la promesa de aquella inacabable aventura, y muchas veces le vino deseo de tomar la pluma y dalle fin al pie de la letra corno allí se promete; y sin duda alguna lo hiciera y aun saliera con ello, si otros mayores y continuos pensamientos no se lo estorbaran. Tuvo muchas veces competencia con el cura de su lugar (que era hombre docto, graduado en Sigüenza), sobre cuál había sido mejor caballero, Palmerín de Inglaterra o Amadís de Gaula; mas maese Nicolás, barbero del mesmo pueblo, decía que ninguno llegaba al Caballero del Febo, y que si alguno se le podía comparar, era don Galaor, hermano de Amadís de Gaula, porque tenía muy acomodada condición para todo, que no era caballero melindroso, ni tan llorón como su hermano, y que en lo de la valentía no le iba en zaga. En resolución, él se enfrascó tanto en su lectura, que se le pasaban las noches leyendo de claro en claro, y los días de turbio en turbio; y así, del poco dormir y del mucho leer se le secó el celebro, de manera que vino a perder el juicio.

14.1.05

Lectura compartida del Quijote: Prólogo.

Empezamos pues los comentarios a la lectura del Quijote. Y lo hacemos con el prólogo que hace Cervantes y que sirve como portal al texto. La originalidad de este prólogo es el carácter que le otorga su autor y que le confiere rasgos contrarios a su propia naturaleza. En la tradición del Siglo de Oro es normal encontrar prólogos que, con el tópico de la captatio benevolentiae, simulan un valor muy menor al que tienen para mover la atención del lector. Cervantes no sólo prescinde de los panegíricos que otros autores puedan dedicarle a su libro -era habitual que otros autores encomiaran la obra en la introducción, o le dedicasen poemas laudatorios-, posiblemente porque carecía de ellos, sino que, socarrín, se burla de la costumbre. "No quiero irme con la corriente al uso, ni suplicarte casi con lágrimas en los ojos, como otros hacen..." (codazo a Lope). El ingenio y el hambre harán el resto: "sólo quisiera dártela monda y desnuda, sin el ornato del prólogo", nos dice. Como el soneto que burla burlando escribió Lope de Vega con el tema de escribir un soneto, así, en las disquisiciones del autor con un amigo que le aconseja cómo escribirlo, Cervantes despachará el prólogo. El autor, desdoblado en narrador y consejero, en un nuevo binomio cervantino, que juega con los modelos de la literatura clásica como "El conde Lucanor", hace avanzar ese diálogo de regusto renacentista. ¿Que hay que usar el latín para que la obra parezca más importante? Se hace uso de un repertorio clásico. ¿Que se ha de apuntar erudición? Es un problema menor, puede uno apañárselas fácilmente. Así, de paso, Cervantes, mete el dedo en la llaga de toda esa falsa o superficial erudición que los libros de la época ostentan.
De todas maneras, no tendríamos que caer demasiado en el error de asimilar al narrador con Cervantes. El narrador es un personaje intradiegético, está dentro del relato, y, como tal, no tiene por qué ser Cervantes exactamente. Son las pequeñas trampas de la literatura.
También llama la atención en los poemas que siguen al prólogo es que ahí ya empiezan los espejos de realidad-ficción que seguirán en toda la obra. Los poemas, en vez de ser de autores conocidos, están escritos por personajes de los libros de caballerías, tales como Amadís de Gaula, Orlando Furioso o Babieca, borrando la frontera desde este inicio entre lo que es "real" y lo que no.
Quedarían más cosas por decir, pero os animo a que hagáis la lectura y/o comentéis algo vosotros. Vale.

12.1.05

Ejemplares del Quijote para descargar (II)

Para los usuarios de la red p2p emule, hay algunas descargas interesantes al respecto de nuestra materia:

·El Quijote de Cervantes:
-Miguel.de.Cervantes.-.Don.Quijote.1º.parte.pdf
-Miguel de Cervantes Saavedra- Don Quijote 2ª parte.pdf
Es una edición limpia en pdf, sin introducciones, estudios, ni nota, pero accesible al texto. 221 páginas para la primera parte, 283 para la segunda.


· "Cervantes, el soldado escritor", de César Vidal.
-Vidal Manzanares, Cesar - Cervantes. El soldado escritor - Ilustrado por Alexander Levitas.pdf
Una pequeña biografía de Cervantes (32 páginas), enfocada al público juvenil, ilustrada magníficamente por dibujos a toda página del uzbekistaní Alexander Levitas. Incluye una cronología de la vida del escritor.

11.1.05

El Quijote en Brisas

Este pasado domingo, en el suplemento Brisas nº 924 del periódico Ultima Hora (Baleares) se publican dos artículos interesantes sobre el Quijote. En el primero se habla del centenario de la polémica traducción al mallorquín que el sacerdote Ildefonso Rullán publicó en 1905. En el segundo, se nos habla del predio de Mina, entre Llucmajor y Porreres, que acoge todo un santuario cervantino con casi 800 ediciones del Quijote en las más variadas lenguas. La colección es propiedad de la familia Bordoy. Dos noticias que conectan la isla de Mallorca con el aniversario cervantino de este año.

9.1.05

Prólogo

Desocupado lector: sin juramento me podrás creer que quisiera que este libro, como hijo del entendimiento, fuera el más hermoso, el más gallardo y más discreto que pudiera imaginarse. Pero no he podido yo contravenir al orden de naturaleza; que en ella cada cosa engendra su semejante. Y así, ¿qué podrá engendrar el estéril y mal cultivado ingenio mío, sino la historia de un hijo seco, avellanado, antojadizo y lleno de pensamientos varios y nunca imaginados de otro alguno, bien como quien se engendró en una cárcel, donde toda incomodidad tiene su asiento y donde todo triste ruido hace su habitación? El sosiego, el lugar apacible, la amenidad de los campos, la serenidad de los cielos, el murmurar de las fuentes, la quietud del espíritu son
grande parte para que las musas más estériles se muestren fecundas y ofrezcan partos al mundo que le colmen de maravilla y de contento. Acontece tener un padre un hijo feo y sin gracia alguna, y el amor que le tiene le pone una venda en los ojos para que no vea sus faltas, antes las juzga por discreciones y lindezas y las cuenta
a sus amigos por agudezas y donaires. Pero yo, que, aunque parezco padre, soy padrastro de Don Quijote, no quiero irme con la corriente del uso, ni suplicarte, casi con las lágrimas en los ojos, como otros hacen, lector carísimo, que perdones o disimules las faltas que en este mi hijo vieres; y ni eres su pariente ni su amigo, y
tienes tu alma en tu cuerpo y tu libre albedrío como el más pintado, y estás en tu casa, donde eres señor della, como el rey de sus alcabalas, y sabes lo que comúnmente se dice: que debajo de mi manto, al rey mato. Todo lo cual te esenta y hace libre de todo respecto y obligación; y así, puedes decir de la historia todo aquello que te pareciere, sin temor que te calunien por el mal ni te premien por el bien que dijeres della.
Sólo quisiera dártela monda y desnuda, sin el ornato de prólogo, ni de la inumerabilidad y catálogo de los acostumbrados sonetos, epigramas y elogios que al principio de los libros suelen ponerse. Porque te sé decir que, aunque me costó algún trabajo componerla, ninguno tuve por mayor que hacer esta prefación que vas
leyendo. Muchas veces tomé la pluma para escribille, y muchas la dejé, por no saber lo que escribiría; y, estando una suspenso, con el papel delante, la pluma en la oreja, el codo en el bufete y la mano en la mejilla, pensando lo que diría, entró a deshora un amigo mío, gracioso y bien entendido, el cual, viéndome tan imaginativo, me preguntó la causa; y, no encubriéndosela yo, le dije que pensaba en el prólogo que había de hacer a la historia de don Quijote, y que me tenía de suerte que ni quería hacerle, ni menos sacar a luz las
hazañas de tan noble caballero.
Porque, ¿cómo queréis vos que no me tenga confuso el qué dirá el antiguo legislador que llaman vulgo cuando vea que, al cabo de tantos años como ha que duermo en el silencio del olvido, salgo ahora, con todos mis años a cuestas, con una leyenda seca como un esparto, ajena de invención, menguada de estilo, pobre de
concetos y falta de toda erudición y doctrina; sin acotaciones en las márgenes y sin anotaciones en el fin del libro, como veo que están otros libros, aunque sean fabulosos y profanos, tan llenos de sentencias de Aristóteles, de Platón y de toda la caterva de filósofos, que admiran a los leyentes y tienen a sus autores por
hombres leídos, eruditos y elocuentes? ¡Pues qué, cuando citan la Divina Escritura! No dirán sino que son unos santos Tomases y otros doctores de la Iglesia; guardando en esto un decoro tan ingenioso, que en un renglón han pintado un enamorado destraído y en otro hacen un sermoncico cristiano, que es un contento y un
regalo oílle o leelle. De todo esto ha de carecer mi libro, porque ni tengo qué acotar en el margen, ni qué anotar en el fin, ni menos sé qué autores sigo en él, para ponerlos al principio, como hacen todos, por las letras del A.B.C., comenzando en Aristóteles y acabando en Xenofonte y en Zoílo o Zeuxis, aunque fue maldiciente el uno y pintor el otro. También ha de carecer mi libro de sonetos al principio, a lo menos de sonetos cuyos autores sean duques, marqueses, condes, obispos, damas o poetas celebérrimos; aunque, si yo los pidiese a dos o tres oficiales amigos, yo sé que me los darían, y tales, que no les igualasen los de aquellos que tienen más nombre en nuestra España. En fin, señor y amigo mío .prosegui., yo determino que el señor don Quijote se quede sepultado en sus archivos en la Mancha, hasta que el cielo depare quien le adorne de tantas cosas como le faltan; porque yo me hallo incapaz de remediarlas, por mi insuficiencia y pocas letras, y porque naturalmente soy poltrón y perezoso de andarme buscando autores que digan lo que yo me sé decir sin ellos.
De aquí nace la suspensión y elevamiento, amigo, en que me hallastes; bastante causa para ponerme en ella la que de mí habéis oído. Oyendo lo cual mi amigo, dándose una palmada en la frente y disparando en una carga de risa, me dijo:
-Por Dios, hermano, que agora me acabo de desengañar de un engaño en que he estado todo el mucho tiempo que ha que os conozco, en el cual siempre os he tenido por discreto y prudente en todas vuestras aciones. Pero agora veo que estáis tan lejos de serlo como lo está el cielo de la tierra. ¿Cómo que es posible que cosas de tan poco momento y tan fáciles de remediar puedan tener fuerzas de suspender y absortar un ingenio tan maduro como el vuestro, y tan hecho a romper y atropellar por otras dificultades mayores? A la fe, esto no nace de falta de habilidad, sino de sobra de pereza y penuria de discurso. ¿Queréis ver si es verdad lo que digo? Pues estadme atento y veréis cómo, en un abrir y cerrar de ojos, confundo todas vuestras dificultades y remedio todas las faltas que decís que os suspenden y acobardan para dejar de sacar a la luz del mundo la historia de vuestro famoso don Quijote, luz y espejo de toda la caballería andante.
-Decid -le repliqué yo, oyendo lo que me decia-: ¿de qué modo pensáis llenar el vacío de mi temor y reducir a claridad el caos de mi confusión?
A lo cual él dijo:
-Lo primero en que reparáis de los sonetos, epigramas o elogios que os faltan para el principio, y que sean de personajes graves y de título, se puede remediar en que vos mesmo toméis algún trabajo en hacerlos, y después los podéis bautizar y poner el nombre que quisiéredes, ahijándolos al Preste Juan de las Indias o al Emperador de Trapisonda, de quien yo sé que hay noticia que fueron famosos poetas; y cuando no lo hayan sido y hubiere algunos pedantes y bachilleres que por detrás os muerdan y murmuren desta verdad, no se os dé dos maravedís; porque, ya que os averigüen la mentira, no os han de cortar la mano con que lo escribistes.
»En lo de citar en las márgenes los libros y autores de donde sacáredes las sentencias y dichos que pusiéredes en vuestra historia, no hay más sino hacer, de manera que venga a pelo, algunas sentencias o latines que vos sepáis de memoria, o, a lo menos, que os cuesten poco trabajo el buscalle; como será poner, tratando de
libertad y cautiverio:
Non bene pro toto libertas venditur auro.
Y luego, en el margen, citar a Horacio, o a quien lo dijo. Si tratáredes del poder de la muerte, acudir luego
con:
Pallida mors aequo pulsat pede pauperum tabernas, Regumque turres.
Si de la amistad y amor que Dios manda que se tenga al enemigo, entraros luego al punto por la Escritura Divina, que lo podéis hacer con tantico de curiosidad, y decir las palabras, por lo menos, del mismo Dios: Ego autem dico vobis: diligite inimicos vestros. Si tratáredes de malos pensamientos, acudid con el Evangelio: De corde exeunt cogitationes malae. Si de la instabilidad de los amigos, ahí está Catón, que os dará su dístico:
Donec eris felix, multos numerabis amicos,
tempora si fuerint nubila, solus eris
.
Y con estos latinicos y otros tales os tendrán siquiera por gramático, que el serlo no es de poca honra y
provecho el día de hoy.
»En lo que toca el poner anotaciones al fin del libro, seguramente lo podéis hacer desta manera: si nombráis algún gigante en vuestro libro, hacelde que sea el gigante Golías, y con sólo esto, que os costará casi nada,tenéis una grande anotación, pues podéis poner: El gigante Golías, o Goliat, fue un filisteo a quien el pastor David mató de una gran pedrada en el valle de Terebinto, según se cuenta en el Libro de los Reyes, en el capítulo que vos halláredes que se escribe. Tras esto, para mostraros hombre erudito en letras humanas y cosmógrafo, haced de modo como en vuestra historia se nombre el río Tajo, y veréisos luego con otra famosa anotación, poniendo: El río Tajo fue así dicho por un rey de las Españas; tiene su nacimiento en tal lugar y muere en el mar océano, besando los muros de la famosa ciudad de Lisboa; y es opinión que tiene las arenasde oro, etc. Si tratáredes de ladrones, yo os diré la historia de Caco, que la sé de coro; si de mujeres rameras, ahí está el obispo de Mondoñedo, que os prestará a Lamia, Laida y Flora, cuya anotación os dará gran crédito; si de crueles, Ovidio os entregará a Medea; si de encantadores y hechiceras, Homero tiene a Calipso, y Virgilio a Circe; si de capitanes valerosos, el mesmo Julio César os prestará a sí mismo en sus Comentarios, y Plutarco os dará mil Alejandros. Si tratáredes de amores, con dos onzas que sepáis de la lengua toscana, toparéis con León Hebreo, que os hincha las medidas. Y si no queréis andaros por tierras extrañas, en vuestra casa tenéis a Fonseca, Del amor de Dios, donde se cifra todo lo que vos y el más ingenioso acertare a desear en tal materia. En resolución, no hay más sino que vos procuréis nombrar estos nombres, o tocar estas historias en la vuestra, que aquí he dicho, y dejadme a mí el cargo de poner las anotaciones y acotaciones; que yo os voto a tal de llenaros las márgenes y de gastar cuatro pliegos en el fin del libro.
»Vengamos ahora a la citación de los autores que los otros libros tienen, que en el vuestro os faltan. El remedio que esto tiene es muy fácil, porque no habéis de hacer otra cosa que buscar un libro que los acote Information prepared by the Project Gutenberg legal advisor 8.todos, desde la A hasta la Z, como vos decís.Pues ese mismo abecedario pondréis vos en vuestro libro; que, puesto que a la clara se vea la mentira,por la poca necesidad que vos teníades de aprovecharos dellos, no importa nada; y quizá alguno habrá tan simple, que crea que de todos os habéis aprovechado en la simple y sencilla historia vuestra; y, cuando no sirva de otra cosa, por lo menos servirá aquel largo catálogo de autores, a dar de improviso autoridad al libro. Y más, que no habrá quien se ponga a averiguar si los seguistes o no los seguistes, no yéndole nada en ello. Cuanto más que, si bien caigo en la cuenta, este vuestro libro no tiene necesidad de ninguna cosa de aquellas que vos decís que le falta, porque todo él es una invectiva contra los libros de caballerías, de quien nunca se acordó Aristóteles, ni dijo nada San Basilio, ni alcanzó Cicerón; ni caen debajo de la cuenta de sus fabulosos disparates las puntualidades de la verdad, ni las observaciones de la astrología; ni le son de importancia las medidas geométricas, ni la confutación de los argumentos de quien se sirve laretórica; ni tiene para qué predicar a ninguno, mezclando lo humano con lo divino, que es un género demezcla de quien no se ha de vestir ningún cristiano entendimiento. Sólo tiene que aprovecharse de la imitación en lo que fuere escribiendo; que, cuanto ella fuere más perfecta, tanto mejor será lo que se escribiere. Y, pues esta vuestra escritura no mira a más que a deshacer la autoridad y cabida que en el mundo y en el vulgo tienen los libros de caballerías, no hay para qué andéis mendigando sentencias de filósofos, consejos de la Divina Escritura, fábulas de poetas, oraciones de retóricos, milagros de santos, sino procurar que a la llana, con palabras significantes, honestas y bien colocadas, salga vuestra oración y período sonoro y festivo; pintando, en todo lo que alcanzáredes y fuere posible, vuestra intención, dando a entender vuestros conceptos sin intricarlos y escurecerlos. Procurad también que, leyendo vuestra historia, el melancólico se mueva a risa, el risueño la acreciente, el simple no se enfade, el discreto se admire de la invención, el grave no la desprecie, ni el prudente deje de alabarla. En efecto, llevad la mira puesta a derribar la máquina mal fundada destos caballerescos libros, aborrecidos de tantos y alabados de muchos más; que si estoalcanzásedes, no habríades alcanzado poco.
Con silencio grande estuve escuchando lo que mi amigo me decía, y de tal manera se imprimieron en mí sus razones que, sin ponerlas en disputa, las aprobé por buenas y de ellas mismas quise hacer este prólogo; en el
cual verás, lector suave, la discreción de mi amigo, la buena ventura mía en hallar en tiempo tan necesitado tal consejero, y el alivio tuyo en hallar tan sincera y tan sin revueltas la historia del famoso don Quijote de la Mancha, de quien hay opinión, por todos los habitadores del distrito del campo de Montiel, que fue el más casto enamorado y el más valiente caballero que de muchos años a esta parte se vio en aquellos contornos.Yo no quiero encarecerte el servicio que te hago en darte a conocer tan noble y tan honrado caballero, pero quiero que me agradezcas el conocimiento que tendrás del famoso Sancho Panza, su escudero, en quien, a mi
parecer, te doy cifradas todas las gracias escuderiles que en la caterva de los libros vanos de caballerías están
esparcidas.
Y con esto, Dios te dé salud, y a mí no olvide. Vale.

6.1.05

Ejemplares de el Quijote para descargar (I)

· En español:
En manybooks.net, está disponible una versión de la obra del Project Gutenberg de e-textos. 511 páginas, sin prólogo ni notas.

http://www.manybooks.net/titles/cervantesetext992donq10.html

· En inglés:
También en manybooks.net, versión del Project Gutenberg de e-textos. 528 páginas, 30 de introducción.


http://www.manybooks.net/titles/cervantesetext971donq10.html


Los textos están disponibles en varios formatos: pdf, txt, eReader, doc, etc. Enlace gracias a Oink.

5.1.05

Don Quijote de la Mancha - Guía de compras

Como ya anuncié, en motivo del cuarto centenario que se celebra el año que viene, en Cisne Negro vamos a releer el Quijote, y a dedicarle en 2005 toda una serie de posts, que abarcarán comentarios de la lectura, reseñas y comentarios de otras obras inspiradas en el Quijote, y todo lo que se nos ocurra en relación al tema. Con respecto a la lectura, como ya dije, he calculado que, si uno no es un lector compulsivo, y/o quiere alternar con otros libros, las dos partes del Quijote se pueden leer en un año sólo con dos o tres capítulos por semana. Muchos de ustedes ya tendrán su ejemplar canónico en casa. Pero si no es así, y piensan comprar uno y de esta manera poder acompañar nuestra lectura comentada, aquí va una mínima guía para no perderse.
Este año, con motivo de la celebración, han aparecido varias ediciones. Una de Austral (1 tomo, 6,95 euros) y otro en Alfaguara (1 tomo, 9,95 euros) . La edición de Austral es bonita, incluye los grabados de Doré, pero no se dejen engañar: les advierto de que no está anotada. Y, por supuesto, si van a leer una obra del Siglo de Oro, más les vale que esté anotada, porque aquí no todos somos filólogos, y los que sí, no somos Francisco Rico. Por tanto, descarten la de Austral. De la de Alfaguara he encontrado esta información: cuenta con tres ensayos, uno titulado "Una novela para el siglo XXI", al que siguen un estudio de Martín de Riquer sobre "Cervantes y el Quijote" y otro de Francisco Ayala acerca de "La invención del Quijote". Cinco estudios sobre "La Lengua de Cervantes y el Quijote", redactados por José Manuel Blecua, Guillermo Rojo, José Antonio Pascual, Margit Frenk y Claudio Guillén, y un glosario de 7.000 entradas de palabras, locuciones y proverbios propios de la obra cervantina completan el libro. Parece una buena opción. Si lo que quieren es una edición en formato Biblia navideña, Planeta ha editado un volumen monstruoso que, por unos 24 euros, les hará quedar como unos señores muy cultos delante de las visitas. La edición se basa en la de Martín de Riquer, así que, en sí, tampoco está mal, pero no les aconsejo que se la lleven a la cama, no sea cosa que se duerman y el peso del lujoso tomo los asfixie. Quedan las ediciones clásicas: la de Planeta (la normal, de bolsillo, reeditada para la ocasión con subida de precio incluida: 13,95 euros) de Martín de Riquer, que también es la de RBA de algunas colecciones de quiosco, es, según los siglodeoristas de nuestra facultad, la segunda mejor edición de la obra. La primera, claro está, es la de Crítica; ya saben: dos tomos, uno de la obra y otro de aparato crítico, variantes, estudios, más un cd con el texto íntegro, etc. Sólo la recomiendo a los profesionales (entre otras cosas, porque su precio no es de bolsillo, precisamente). De la de Cátedra (2 tomos, unos 7 euros cada uno) todo el mundo abomina y la de Castalia no la conozco. Como digo, terminantemente prohibidas las versiones baratas, abreviadas o sin anotar (ehem, ed. Alba, etc.).
Espero que los comentarios de los lectores puedan completar un poco este recorrido rápido por las ediciones del Quijote. Porque las mejores recomendaciones siempre son las de otro lector.

4.1.05

'El Quijote' recibe más de 800.000 visitas en web del CVC

"El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha" es la novela más leída y escuchada de los más de 13.000 registros literarios que alberga la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, con un total de 843.448 consultas por parte de los internautas. De esta manera, la obra cumbre de las letras hispanas sigue acaparando la atención de los lectores cuando se conmemora en 2005 el cuarto centenario de que saliera de imprenta el primer ejemplar.

La Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, creada por el Santander Central Hispano y con sede en la Universidad de Alicante y cuya fundación es presidida por el peruano Mario Vargas Llosa, cuenta con un portal exclusivo para la conmemoración del IV centenario de la publicación, en el que, además de las obras de este autor, se informa acerca de los congresos, jornadas, seminarios, talleres, publicaciones, concursos y otras actividades culturales relacionadas con Don Quijote. Alberga más de 13.000 registros del patrimonio cultural iberoamericano y, desde julio de 1999, ha recibido más de 149,5 millones de accesos.
La coordinadora de Comunicación y Atención al Usuario de la Biblioteca, Ana Cuerdo, ha informado de que, del total, 658.373 internautas han acudido a los fondos para escuchar las andanzas de Don Quijote a través de la voz de Camilo García Casar, conocido popularmente por los doblajes del actor estadounidense Anthony Hopkins. Se trata de un archivo compuesto por 126 capítulos en el que a lo largo de 43 horas García Casar pone su talento en la lectura de las 378.591 palabras que conforman la obra cumbre de las letras hispanas.

La diferencia del número de internautas que se interesan por escuchar la obra sobre los que deciden leerla puede deberse a que los archivos audiovisuales suelen resultar "más atractivos", sobre todo para aquellas personas mayores que puedan tener problemas de visión. A esto se une que la lectura es cada vez más soslayada en beneficio de los nuevos medios difusores de la cultura, como son los audiovisuales y los que se transmiten por el ciberespacio ya que, en principio, requieren menos esfuerzo.
[Informa: Iblnews]

3.1.05

Descarga de un libro sobre Cervantes en Minotauro Digital

Minotauro Digital nos envía esta noticia:

Durante todo el año 2005 nuestros lectores podrán descargar GRATUITAMENTE el libro electrónico Miguel de Cervantes, tras el realismo ideal, un acercamiento a la vida de Miguel de Cervantes y un anális de sus principales obra. Minotauro se une así a la celebración del Centenario y aprovecha para desear a todos sus lectores lo mejor para el 2005. Este libro nos ofrece un recorrido por la vida y la obra de Miguel de Cervantes, analizando obras fundamentales como el Quijote o Las novelas Ejemplares y ofreciendo en definitiva una visión de conjunto de la época social, histórica y literaria de Cervantes. Un obra pensada con caracter divulgativo pero sin descuidar el rigor y filológico ni evitar profundizar en los temás más complejos de la obra cervantina, de forma que permite conocer los principales datos de la biografía del alcalaíno pero también entender su visión de la literatura, especialmente de la incipiente novela, en una época en la que surgieron otras obras maestras de nuestra letras.

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2.1.05

El Quijote en El Semanal

Esta semana, El Semanal nº 897 (del 2 al 8 de enero de 2005) dedica su portada a la obra de Cervantes y titula: "'El Semanal' regala 150 serigrafías de este original de Rafael Canogar, 'Don Quijote y los molinos'". En la página 20 tenemos una serie de entrevistas a algunas personalidades literarias, entre ellos Martín de Riquer o Francisco Rico que analizan la obra.